sábado, 1 de agosto de 2009

¿INDIFERENTES ANTE LA DESESPERACIÓN Y LA MUERTE?


La pasada semana realizamos una visita parlamentaria al Centro de Recepción de Inmigrantes de Motril, gestionado por la Cruz Roja de Granada, junto con Flor Almón y conmigo, estuvo el Subdelegado del Gobierno, el Presidente de Cruz Roja, así como otros representantes de esta organización, el responsable de Salvamento Marítimo y miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Pudimos comprobar que las instalaciones se han ampliado y mejorado y fuimos informadas de como ha venido reduciéndose el número de inmigrantes que han entrado en patera por las costas granadinas, (si pincháis aquí veréis la información que publicaron los medios). Más de 8.000 personas han sido rescatadas por salvamento marítimo en nuestras costas, un trabajo que salva muchas vidas y que en muchas ocasiones es prácticamente desconocido por la ciudadanía. Aprovechamos la visita para reconocer igualmente el trabajo de la Cruz Roja, particularmente de su voluntariado disponible para ayudar en cada ocasión que se les demanda.

Otras muchas personas mueren en el intento de huir de la miseria y el hambre, algunas recientemente, acordándome de ellas escribí en el IDEAL de Granada un artículo de opinión que os transcribo a continuación.



¿INDIFERENTES ANTE LA DESESPERACIÓN Y LA MUERTE?
Una vez más las costas andaluzas son escenario de la muerte de hombres y mujeres venidos de otras tierras en busca de una oportunidad, de un mundo más próspero, o simplemente, de la supervivencia.
En esta ocasión nueve personas han sido arrojadas desde el mar a las playas de Barbate (Cádiz), algún menor entre ellos. Al parecer los patrones de la patera, en la que se trasladaban a nuestro país desde algún lugar de Marruecos, les empujaron por la borda, había prisa…
Las ONGs que trabajan con los inmigrantes y el propio Ayuntamiento de Barbate han manifestado su dolor convocando concentraciones y decretando un día de luto. Posiblemente es lo que pueden hacer, lo que está en sus manos, lo que es su responsabilidad como tejido social o corporación local; pero no es suficiente.
El gran abismo existente entre los países más desarrollados y los menos desarrollados es la causa fundamental de los movimientos migratorios, que dan lugar a estas situaciones extremas.
En estos momentos de crisis económica global, las diferencias se acentúan, y tenemos que reconocer la pobreza como causa y como efecto de la negación de los derechos humanos fundamentales de millones de personas en el mundo. Tal como reconoce el III Plan Director de la Cooperación Española (2009-2012), la globalización ha facilitado, que una crisis económica originada en los países desarrollados desde agosto de 2007, afecte al mundo en desarrollo por distintas vías: el acceso a la financiación, el precio del petróleo y el encarecimiento del precio de los alimentos. La caída de la demanda de materias primas, de las remesas, las amenazas que puede tener la Ayuda Oficial al Desarrollo ante las restricciones presupuestarias, y las posibles reacciones proteccionistas de los países desarrollados, puede agravar aún más el impacto de la crisis, especialmente en los países menos desarrollados.
Se inicia por tanto un periodo en el que España a través de la Cooperación con los países de origen, tendrá que contribuir con redoblado esfuerzo al logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, particularmente a la lucha por erradicar la pobreza extrema y el hambre. Esta lucha debe ser un pilar básico de nuestra política exterior y una seña de identidad de España en la esfera internacional.
El compromiso es contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, reducir la mortandad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/SIDA, la malaria y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y crear una alianza mundial para el desarrollo.
Como muestra de este compromiso, en coherencia con lo establecido en el Pacto de Estado contra la Pobreza, España consolidará, en esta legislatura, la aportación del 0,7 %, de nuestro PIB para cooperación al desarrollo, pese a las dificultades que pueden surgir en un contexto de desaceleración económica.
La pobreza y la falta de oportunidades han llevado y llevarán a las personas a emigrar; no obstante, la lucha contra la pobreza es un fin en sí mismo, que no está supeditado a ningún otro. Las políticas de desarrollo no tienen como fin directo actuar sobre los flujos migratorios, sino generar oportunidades y expectativas de vida en los países de origen, pudiendo contribuir estas a crear un contexto en el que la migración sea producto de la libre decisión del emigrante, y no de la necesidad.
Desde esta perspectiva la cooperación española debe trabajar especialmente en el apoyo de políticas públicas que contribuyan a gestionar adecuadamente los flujos migratorios, velando por que se respeten los derechos humanos de las personas migrantes en todo el ciclo de la migración, en los países de origen, tránsito y destino. Esa adecuada protección es la que nos obliga a reforzar los medios para evitar que se produzcan hechos como los ocurridos en Barbate.
Lo importante es que no nos sintamos indiferentes ante el sufrimiento, la desesperación y la muerte de los que buscan solución al hambre y la miseria de sus familias. Que un continuo goteo de cadáveres arrojados a nuestras playas despierte la conciencia de todos, empezando por las de aquellos que tenemos responsabilidades políticas y por lo tanto más posibilidad de transformar esta injusta realidad.
Publicado en el "Diario Ideal" de Granada el 6 de julio de 2009, por
María José Sánchez Rubio
Diputada Socialista en el Congreso de los Diputados

3 comentarios:

Unknown dijo...

No recuerdo que economista tenía en la pared de su despacho una foto de un niño negro desnutrido y decia que todos los dias miraba la foto preguntandose si su trabajo reduciria el hambre y la necesidad de niños como el de la foto.
Un hijo de emigrante no puede ver como personas a las que el hambre empuja a la busca de recursos por medio de su trabajo son objeto de trafico humano y trato prohibido por las declaraciones de derechos humanos.
El compromiso de los estados avanzados en que las necesidades vitales de su poblacion estan cubiertas debe ser real y efectivo. No se puede mirar para otro lado mientras seres humanos son explotados por traficantes de vidas humanas y explotadores de la necesidad.
Al hilo de este articulo me viene a la memoria el escandaloso asunto del prófugo norcoreano que denunció que el régimen utiliza a niños discapacitados para probar armas químicas. Me pregunto que ha hecho el gobierno de España: ¿Ha pedido la retirada a consulta al embajador Juan Lena? ¿Algun grupo parlamentario ha dicho algo? ¿Alguna institucion internacional ha movido un musculo?.
Recuerdo que el olocausto judio vinó precidido del asesinato de miles de discapacitados alemanes y el mundo miró para otro lado.
Con los negros que llegan en patera pasa lo mismo, se da por notmal lo que es una violacion de derechos humanos y el dia que la necesidad nos aprete clamaremos por unos derechos que no reconocemos.

María José Sánchez Rubio dijo...

Vicente,¿te importa si publico tu comentario como entrada de mi blog?, con tu firma claro está.
Me parecen reflexines muy acertadas.

Unknown dijo...

Sabe que no me importa que mis reflexiones, acertadas o no, se difundan, porque contribuyen al debate social de aspectos que permanecen apartados de la actualidad.